No llevan un pan debajo del brazo, ni un libro de instrucciones.
Ellos llevan una súper capa, un súper antifaz, una súper varita... y todo lo que tocan lo hacen mágico.
Un niño no sabe ir en una sola dirección ni de una sola manera. Todo vale. Sólo hay que imaginarlo.
Y ya se sabe que la imaginación no tiene límites.
Dominarían el mundo si no crecieran y se hicieran sosos, limitados, rígidos. Y las cosas no serían como son y los sueños no costarían tanto trabajo hacerlos realidad.
Los adultos solemos complicarlo todo. Lo etiquetamos, lo encasillamos, lo definimos. El cielo es azul, los patos son amarillos, los conejos no vuelan...
Una vez leí que si le dieramos una cosa a un niño y no le explicaramos qué es ni para qué sirve, él sería capaz de encontrarle mil y un usos diferentes al que los adultos le hemos dado y muchos de ellos serían sorprendentes y brillantes.
Yo quiero ser así.
Porque hay días en los que todos necesitamos volver a encontrar nuestra súper capa y salvarnos de nosotros mismos ;)
¡Be Súper, my friend!
El Súper conejito ya lo tenéis disponible en la tienda.
>> Sólo hay uno porque con uno sólo ya tuve para sonreír y tejer feliz para una semana <<
Muy chulo Melma,feuz tarde
ResponderEliminarQue hermosa entrada, y llena de razón, muchas veces al crecer se olvidan todas esas cosas que nos hacían estar siempre imaginando y pensando en mil cosas fuera de lo convencional. Me encanta el conejito, un compañerito a la medida que siempre estará para rescatar cuando lo necesiten.
ResponderEliminarBonito casi fin de semana ^u^
Que dulce, me encantan los tonos del conejito. No se si rescatará mucho con los ojos cerrados pero está genial xD
ResponderEliminarMuxus
arMi arMa