¡La que hemos liado, pollitos!

Llegó agosto.
No hice mucho estas vacaciones.
Sé que lo dije, pero no estaba muy segura de cumplirlo. A veces digo las cosas con la boca chica porque sé que acabaré haciendo justo lo contrario. No puedo estar quieta.

Pero lo hice. Descansé, disfruté y atesoré muchos momentos.

Sobretodo tejí muchos pollitos. Para encargos, para tener, para acabar la lanita naranja, para sonreír al verlos todos juntos...

Me los llevé a muchos sitios, la mayoría nació en el bolso de aquí para allá. Aún quedan algunos por terminar y ponerles pico y patitas. Fue una locura pollito total.

Mereció la pena sólo por poder intentar abrazarlos, se escapaban por todos sitios. Las niñas rieron sin parar. Yo reí sin parar.

Las vacaciones son como los pollitos. Se te escapan sin remedio pero te hacen feliz ❤

Julio se fue y agosto me da mucha pereza. Toca compaginar de nuevo casa, niñas, tejer, proyectos, playa, calor, encargos...
Podría volverme a acostar ahora mismo y hacer como si fuera otra vez julio, de nuevo en vacaciones.
Las vueltas son duras.

¿Y vosotros? ¿Volvéis? ¿O ahora os toca iros?

P.D: ¡Sólo me queda una huevera de pollitos! Si tú también quieres achuchar tu propia media docena escríbeme a info@gallimelmas.com