Se llama Federico.
Se lo puso Rocío cuando terminé de bordarle la nariz.
A Paula le gusta mucho. Dice que es como el de su canción.
"Don Federico perdió su cartera, para casarse con una costurera..."
Lo tejí en lana 100%.
Buscaba esa textura tan especial de la lana pura, rústica.
Natural, puro, orgánico, casi salvaje.
El cuerpecillo de tela.
Por cambiar, por inventar.
Mis ganas de probar y mezclar siempre me pueden.
Es rústico.
Y pica.
Pica y rasca...
Rasca como tenía que rascar ese jersey del anuncio de cuando yo era pequeña.
A veces los "experimentos" no me salen bien.
Ni metiéndolos en agua caliente con suavizante del pelo durante 4 horas.
Pero Federico tiene algo.
Sé que lo he hecho bien cuando entran a hurtadillas al tallercito y se lo llevan a "pasear".
Me gusta verlas jugar. Tocarlos. Ponerles nombre.
Achucharlos.
Así que toca seguir probando.
pues a mi me encanta! se ve tan mono, achuchable, rasposo , tan diferente y es que lo diferente me gusta demasiado!
ResponderEliminarTus personajes son adorables!!! Felicita al fotógrafo, porque las fotos de tus posts son geniales!!!
ResponderEliminarEllas le dan vida a tus amigurumis! Este en particular me robo el corazón.
ResponderEliminarAunque pique a mi me parece una preciosidad y con mucha personalidad y si a tus peques les gusta, entonces es un triunfo.
ResponderEliminarA mi me parece precioso, con esa textura tan especial. Aunque la letra de la canción de Federico que yo conocías era mucho más siniestra. Seguro que encuentra el hogar perfecto para él. ¡Qué difícil es encontrar lana a veces! Casi nunca encuentro lo que quiero. Voy a la tienda y la que me gusta me pica y la que no pica no me hace tanta gracias.
ResponderEliminarmuy bonito!
ResponderEliminarMe encantaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Con el cuerpecillo de tela queda lo más!!!!!
ResponderEliminar