Diseñar es mucho más deshacer que tejer. Y se teje mucho más perdiendo el miedo a tirar del hilo...
Cuando doy talleres de iniciación ese miedo se mastica. Y yo las hago hacer y deshacer muchas veces, hasta que ellas mismas dicen: "una vez más" y tiran.
En ese momento ya sé que han aprendido y que sabrán tejer solas en su casa.
Las libretas de patrones suelen estar llenas de borrones, de correcciones, de anotaciones sin pies ni cabeza. Son un poco apuntes matemáticos, intentando resolver la ecuación de la forma soñada.
Cada corrección, tachón o anotación son un tirón de hebra.
Y cuando tienes el cómo, llega la eterna duda. ¿Con qué?
Lo fácil siempre está a mano. Lo difícil es experimentar y tejer con algo inesperado.
Los materiales inesperados suelen dar resultados sorprendentes pero poco prácticos... A veces me olvido de la utilidad.
Me gusta ser un poco Dr. Frankenstein.
Otra veces, surge por casualidad, sin esperarlo, un ovillo olvidado en la cesta. Ese en el que nunca hubieras caído y que sin embargo estaba ahí para ello.
Y sabes que el "cómo" encontró el "con qué" y sólo hay que tejer y disfrutarlo.
Y con ella, yo disfruté mucho.
(Muy pronto os la presentaré...)
Ese post y texto es increible, um saludo brasileño <3
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